lunes, 27 de abril de 2009

Sick Girl

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Sick Girl es la decima cinta de Masters of horro. Interesante historia de un insecto parasito con muy mala leche. El que no hayan usado efectos digitales y sea todo fisico le da un toque diferente y ochentero muy bueno. Una mujer que trabaja con insectos recibe uno muy extraño, que al final resulta ser muy peligroso. Las interpretaciones justitas pero bien y la historia mejorable en ciertos aspectos pero se hace entretenida.

Argumento
Del director de May y The Woods.
Ida, una entomóloga obsesionada con el objeto de su estudio, los insectos, conoce a una chica llamada Misty, que habitualmente se sienta a dibujar cerca del laboratorio donde trabaja y con la que comenzará un affair. Por otro lado, Ida recibe en su domicilio un paquete que contiene una especie indeterminada de insecto. Ella no quiere espantar a Misty, tal y como ocurrió con sus anteriores conquistas, y por ello trata de esconder su colección de insectos, pero su nueva y desconocida adquisición logrará escapar de su caja…


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Ficha Técnica
Pais: USA
Año: 2006
Duración: 58 min.
Dirección: Lucky Mckee.
Guión: Mick Garris
Intérpretes: Angela Bettis, Misty Mundae, Jesse Hlubik, Marcia Bennett,Mike McKee, Chandra Berg

Lucky McKee es joven (o eso me gusta pensar a mí, que soy un pelín mayor que él), dirigió “May” (2002), la película con la que se dio a conocer, con sólo veintisiete años, y sin contar este Masters of Horror para televisión, desde entonces sólo ha hecho otro largometraje: El bosque maldito (The Woods, 2006). Dos películas son pocos argumentos materiales para poder afirmar que estemos ante un verdadero maestro del horror, y su definitiva influencia y posición dentro del género aún está pendiente de determinarse en función de lo que haga en los próximos pasos. Sí que parece pertinente, sin embargo, decir aquello de que es una de las más frescas e interesantes promesas de la actualidad, al menos ese crédito le rentan estos primeros largometrajes, el primero de los cuales, “May”, consiguió deslumbrarnos al revitalizar con vigor y personalidad la vieja fórmula de la explosión de locura del freak incomprendido, creando uno de los mejores personajes del moderno cine de terror, entrañable, encantador e inquietante a partes iguales; y en el segundo, “El bosque maldito”, aún siendo irregular e inferior al primero, configurando un respetable cuento de terror con reminiscencias del “Suspiria” (1977) de Dario Argento en nueva clave de Hansel y Gretel. Pero a pesar de tener tan poco material suyo, lo que llama la atención de estos dos films y en lo que Sick Girl, este episodio de Masters of Horror, vuelve a reincidir, es en una cosa: todos tratan en realidad de lo mismo, la protagonista siempre es una chica, una chica distinta, particular por un motivo o por otro, incomprendida y solitaria, con un mundo interior rico cargado de sentimientos y potencial para el afecto, pero a la que su rareza condena a un rincón tétrico y oscuro al borde mismo de nuestra sociedad. En “May” McKee se encontró por primera vez con Angela Betties, actriz tan joven como él/nosotros de variopinto bagaje hasta entonces, de trabajar con Franco Zeffirelli (“La novicia”) a Chuck Russell (“La bendición”), que con su belleza difícil de clasificar y el contraste contundente de algunas de sus acentuadas facciones, encarna mejor que nadie el físico de esa chica extraña de sus historias. Betties es May, y junto a su director y amigo se encargó de que todos cayéramos a sus pies. Respecto a este personaje y esta película, se trata de un ser calificable sin pestañeo como timburtoniano, como un “Eduardo Manostijeras” (Edward Scissorhands, 1990) en femenino y cuya diferencia es mental en vez de física. Pero mientras que en las películas de Tim Burton la oscuridad no es más que la aplicación de una estética gótica sobre un mensaje positivo, el universo de las chicas raras de Lucky McKee es mucho más trágico, más estremecedor, más propio, en definitiva, de un auténtico cine de terror, género que el director de “Bitelchús” (Beetle Juice, 1988) y “Ed Wood” (1994) siempre bordea pero nunca aborda, ni tan siquiera en “Sleepy Hollow” (1999). Para McKee, sin embargo, esta alegoría terrible sobre la dificultad de la búsqueda del amor pasada por adaptación del mito de Frankenstein de Mary Shelley, se tamiza con la influencia de la frustración y el pesimismo adolescente del grunge de Nirvana (la pulsión extreme del I hate myself, and I want to die), y la historia del patito feo no acaba en cisne, sino a lo “Carrie” de Stephen King, más acorde con la tenebrosidad de otros intensos puntos de vista contemporáneos sobre el cine teenager, como “Donnie Darko” (2001, de Richard Kelly). “El bosque maldito”, una película que tuvo muchos problemas de distribución, que se gestó en 2003-2004 pero que, atrapada en el limbo de Sony tras su adquisición por parte de MGM, no se estrenó hasta 2006, supone una continuación coherente, tal vez demasiado coherente, sobre esta manera de ver la fantasía cotidiana como un cuento de hadas (y brujas) a partir de los ojos de la muchacha extraña. Aunque Angela Betties fue sustituida por Agnes Bruckner, también su personaje es otra chica distinta, otra desubicada y maldita, ésta con poderes psíquicos y telequinéticos, lo que alguien consideraría una "brujita", y unos problemas brutales de adaptación a las instituciones escolares en los que sus padres la confinan, abandonada y falta de amor (su padre, por cierto, está interpretado por Bruce Campbell). El personaje de Bruckner demuestra a lo largo de toda la película una gran fortaleza, altanera, desafiante, “encarcelada” en un victoriano colegio interno para señoritas en medio de un siniestro bosque con secreto, se enfrenta a una conspiración diabólica e incluso a las niñas chungas que tratan de hacerle la vida imposible. Se echa una amiga y en seguida la pierde. Pero en todo momento es evidente su necesidad de abrirse, su anhelo de un poco de apoyo, de calor por parte de alguien. Una pretensión a la que sus habilidades y su rápida percepción de las fuerzas mágicas que se mueven en el colegio, la impiden alcanzar. Y ahora Sick Girl, realizada durante el “cautiverio” de “El bosque maldito” terminada pero inédita, que nos trae no a una, sino a dos chicas raras, Ida Teeter y Misty Fall, que se conocen y se enamoran. Vuelve Angela Betties como Ida, de la que a pesar del paréntesis en su último film, Lucky McKee no se ha separado, de hecho ha sido el padrino, guionista y protagonista del primer film de ella como directora: “Roman” (y bueno, si McKee “le ha puesto los cuernos creativos” con la Bruckner, no olvidemos que ella también ha andado haciendo otras cosas, como el remake televisivo de “Carrie” o “The Toolbox Murders” con Tobe Hooper). Aquí el factor diferencial de su personaje es algo más light, pero no quita para que le cueste establecer relaciones como si de una apestada se tratase: para empezar, en este caso Betties interpreta a una mujer lesbiana, pero por encima de eso más duro y característico es su condición de friki de los insectos, entomóloga de profesión y coleccionista de bichos de afición, a los que pone nombre y que incluso deja sueltos por su casa, para horror de vecinos y casera. Las mujeres la encuentran extraña, pocas de las que se liga en locales de ambiente superan la prueba de ir a su casa, salen despavoridas y no vuelven a llamarla, encontrando muy mal síntoma en estos pequeños compañeritos de piso (decenas de arañas, coleópteros, insectos hoja, gusanos, etc.). Por lo demás, es una mujer muy nerviosa y tímida, pero encantadora, muy viva, dulce y con una inmensa personalidad y (otra vez) una enorme carencia de cariño. Respecto a Misty Fall, es otra solitaria y excéntrica muchacha, de aire hippie y que desde el primer vistazo encontramos en actitud tan extraña como estar sentada en el suelo, a las puertas del laboratorio, haciendo ociosos dibujos con los que expresa sus sentimientos.

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El papel de Misty recae nada más y nada menos que en Misty Mundae, y si no sabes quién es, yo te lo cuento en una nota al pie de esta página: (1). “Sick Girl” es el menos angustioso de los trabajos de McKee, el único en el que la protagonista solitaria resulta correspondida: es, de hecho, una historia de amor entre ambas mujeres. Comparado con “May” y con “El bosque maldito”, “Sick Girl” es el menos oscuro, el más luminoso, si “May” ya contenía innegables elementos de comedia negra, este capítulo es todo él ligero y pretendidamente chispeante; el final, de hecho, es prácticamente un chiste gráfico. Claro que no todo es un camino de rosas para Ida y Misty, si no esto no sería la serie que es, y no podríamos hablar de “horror”: Ida recibe desde Brasil un extraño insecto de gran tamaño, que al picar a su recién encontrada pareja, toma posesión de ella y la va mutando tanto psicológica como físicamente. Tal vez la purulenta transformación de Misty en una auténtica mujer-insecto sea un impedimento grave para su relación; o tal vez no. Lo más interesante de este telefilm se encuentra en los personajes, en la manera en la que McKee los trata y las actrices los construyen. Si resulta un film entretenido e incluso interesante a ratos, es gracias al carisma de las dos mujeres, y muy especialmente al de Angela Betties. Es una especie de acercamiento en clave de cómic EC (la historia podría haber salido en un “Creepy”, o ser cualquier adaptación de las que ofrece la serie “Historias de la cripta”) a la comedia romántica, lo que a uno como espectador le interesa y le preocupa, es que Ida consiga su amor, que no se le rompa el corazón (otra vez), y cuando la sombra de la desgracia se cierne sobre ella en forma del insecto mutador, el único interés del episodio se basa en cuanto tiempo tardará en darse cuenta, incluso casi más que en qué hará entonces (el sangriento climax es bastante rápido). Quisiera insistir en este punto: hay otras historias de amor gore o truncado por una trama de terror o ciencia ficción: Romeos y Julietas separados por epidemias zombie (“Braindead”) o por la mismísima muerte (“Mortal Zombie”, “Zombie Hooneymoon”, etc), por posesiones infernales (“Evil Dead”) que te obligan a decapitar a tu novia o a defenderte con una bate de baseball de tu marido y padre de tu hijo (“El resplandor”), a sospechar que él ya no es quién solía ser de novios (“I Married a Monster from Outer Space”), o que siéndolo te ha vendido a cualquier secta (“La semilla del diablo”). El cine fantástico y de terror está muy poblado de relaciones sentimentales que salen rana cuando el horror estalla en la vida de uno, como la violencia doméstica o una gravísima enfermedad, y en las que es tan importante la paranoia, la frustración, el desencanto que produce el paulatino alejamiento de la pareja, como la trama fantástica en sí, o incluso, llegado un punto del guión, pasa a ser más importante esta última. El problema de “Sick Girl” (titulo que hace referencia, espero, a la mutación de Misty, no a que las protagonistas sean lesbianas o frikis) es que no es así, la trama terrorífica no engancha de ninguna forma, el insecto no causa inquietud y la mutación tampoco. Al principio, como en medio o al final, sólo las chicas salvan la función, sólo la comedia romántica prevalece. Por eso esta película de Lucky McKee es una de las menos conseguidas de la primera temporada de la serie, con aciertos sólo parciales y por una cuestión de reflexión, tal vez, del carisma de “May” o del magnetismo de una actriz, Angela Betties. Y aún así, y por todo lo antedicho, es un eslabón pertinente en la corta carrera del director, es ni más ni menos que otra historia de maravillosas chicas raras. Una última prueba de lo que digo: este capítulo estaba en principio reservado para que lo dirigiera Roger Corman, y el personaje protagonista era un hombre llamado Ira Teeter, pero cuando Corman tuvo que renunciar a estar en la serie, y se hizo cargo de él McKee, Ira (nombre de varón) se convirtió en Ida (nombre de mujer). ¿Conseguirá McKee sorprendernos la próxima vez que trate de presentarnos a otra de sus chicas?

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