Macabra, sádica y deliciosa historia de demencia ¿o he de decir lucidez? criminal. La caza de la presa es un arte, y los refinados psicópatas protagonistas lo saben, las muertes han de ser lo más estilizadas posibles, el asesinato considerado como una de las bellas artes, la muerte es la culminación de la vida y la sangre la pintura con la que llenar el lienzo. El asesinato practicado como sano deporte, requiere entrega, inteligencia y dedicación, no basta con disparar (aunque a veces no quede más remedio para no dejar escapar a la presa) o apuñalar, se trata de crear, la atmósfera es importante y la tortura indispensable, ya sea física o, mejor aún, psicológica, la víctima ha de sufrir, sentir la angustia previa a la aniquilación violenta de su existencia, ha de correr, suplicar piedad, para finalmente exhalar exhausta su último aliento. No hay mayor deleite para el cazador que contemplar orgulloso la sumisión de su presa mientras es castigada sin piedad.*
ArgumentoDel director de The Stuff, It's Alive, A Return to Salem's Lot.
Un autobus de pasajeros pincha en la carretera. Stacia decide irse por su cuenta haciendo autostop, mientras que otros 2 pasajeros se van con un camionero psicopata y el resto se encuentran con otro joven, también psicopata. La rivalidad entre los dos acaba de empezar.
Ficha Técnica
Pais: USA
Año: 2006
Duración: 58 min.
Dirección: Larry Cohen
Guión: Mick Garris
Intérpretes: Fairuza Balk, Warren Kole, Michael Moriarty, Laurene Landon, Malcolm Kennard, Tom Pickett,Peter Benson,Kristie Marsden, Michael Eklund
No estamos pues ante el típico slasher anglosajón con asesino sobrenatural dónde los muertos van cayendo uno a uno sin más. Sin llegar al barroquismo propio de los maestros italianos (que alcanzarían su cima con las cintas de Dario Argento y Lucio Fulci), las muertes de “Pick me up” gozan de gusto y variedad, nos encontramos ante un rico catálogo de asesinatos: estrangulamiento, decapitación, tortura silvestre, acuchillamiento en horizontal, clásico y efectivo degollamiento, hasta llegar al clímax final dónde los dos asesinos luchan cuerpo a cuerpo por acabar con la vida de su víctima, aunque esta vez nos quedaremos sin crimen.Los diálogos de la película son tremendamente punzantes, llenos de fina ironía, humor negro y cinismo. El personaje interpretado por Moriarty tiene escenas memorables, como la que se produce en el interior de un bar en la que intimida a un camarero sacando su pistola y haciéndole sentir el poder y seguridad que otorga un arma. Su joven pupilo no le va a la zaga, los monólogos que tiene con sus víctimas antes de enviarles al otro barrio son sencillamente brillantes.
La película transcurre prácticamente en su totalidad en exteriores, la mayor parte en la carretera, el paisaje es verde, poblado de árboles, seguramente en algún punto cercano a la frontera con Canadá, los inmensos bosques están totalmente deshabitados, los planos cenitales que sobrevuelan los mismos dan una sensación de empequeñecimiento del individuo ante la naturaleza, en estos terrenos impera la ley del más fuerte, no hay policía en kilómetros a la redonda, las únicas edificaciones son áreas de servicio que se suceden cada quince o veinte millas, nos encontramos lejos de la civilización, no hay leyes que protejan al individuo, la naturaleza en su estado más puro es la más aterradora e irracional de las amenazas.Gran trabajo de montaje, el ritmo del film no decae en ningún momento, todo el metraje está salpicado por agresivas y contundentes sorpresas que pegan al espectador a su butaca, especialmente reseñable es el giro final (comentado ya en la sinopsis) después que el copiloto de la ambulancia asesine a los dos psicópatas y amenace a la chica, se muestra un plano general en el que la ambulancia se va alejando hasta adentrarse en una niebla que la hace desaparecer, como si el trayecto al infierno acabara de comenzar, final onírico para una pesadilla de fríos sudores.La planificación es excelente, todas las escenas están magníficamente rodadas, llaman especialmente la atención la decapitación (usando como guillotina la puerta del maletero del autobús) dejando el limpio corte en fuera de plano, la persecución en el bosque con reminiscencias de “The texas chainsaw massacre” (Tobe Hooper, 1974) y el plano cenital que muestra como los tres protagonistas se encuentran en el mismo motel en habitaciones contiguas sin saberlo. He de alabar también el gran trabajo realizado por Howard Berger y Gregory Nicotero con los efectos visuales. La escena final del trailer y como los dos psicópatas salen disparados por la luna delantera es cinematográficamente perfecta. No se escatima en el uso de la sangre, pero tampoco se abusa del líquido rojo para buscar el terror o la nausea.* Siempre dentro de los límites de la ficción, que nadie se confunda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario