Obtuvo un Óscar a la mejor actriz de reparto Ruth Gordon. Y Roman Polański obtuvo una nominación también al Óscar en la categoría de mejor guión adaptado.
Argumento:
Guy y Rosemary son una pareja de recién casados que, a pesar de la mala fama de la casa, se traslada a vivir a un apartamento en la casa Bramford, uno de los más antiguos edificios de Nueva York. Al poco tiempo de llegar, Rosemary se hace amiga de Terry, una de las vecinas del edificio, que se suicida poco después. A pesar del recelo de Rosemary, Guy, actor en paro, se hace amigo de una pareja de más edad que vive también en el edificio; desde entonces las cosas empiezan a irle mucho mejor y propone a Rosemary tener un hijo. Esa noche ella tiene una pesadilla en la que se ve a sí misma violada por un monstruo; a la mañana siguiente se despierta con el cuerpo lleno de arañazos. Poco tiempo después, descubre que está embarazada.
Ficha Técnica
Pais: USA.
Año: 1968
Duración: 137 min.
Dirección: Roman Polanski.
Guión: Roman Polanski según la novela de Ira Levin.
Intérpretes: Mia Farrow, John Cassavettes, Ruth Gordon, Sidney Blackner, Maurice Evans, Ralph Bellamy, Patsy Kelly, Elisha Cook, Emmaline Henry, Charles Grodin
Toda una clave para el cine de Terror, sin tener que acudir a baños de sangre y sustos baratos. Rosemarys Baby es muy buena película. Apoyando se con una buena historia que se desarrolla lentamente, la banda sonora y la inolvidable actuación de Mia Farrow.
La mezcla de clasicismo (historia diabólica, emplazamiento gótico) y modernismo (planteamiento irónico y distanciador del propio director sobre los mecanismos narrativos de la película) que reune el film es la clave de la predilección que, desde su estreno, han sentido por él todo tipo de espectadores, cinéfilos o no, y adeptos o no al género de terror. La carrera de su director quedó marcada por este film (por otra parte, una de sus mejores obras), hasta el punto de haberle creado una cierta reputación de cineasta vinculado al género de terror y experto en temas diabólicos, cuando en realidad Polanski no cree en Dios, y por lo tanto tampoco en el Demonio, y no volvería a tratar este asunto hasta la reciente La novena puerta.
El resumidas cuentas, no hace falta que diga que esta película hay que tenerla, hay verla y revisionarla de vez en cuándo para poder, al menos, descubrir que siempre nos quedarán los clásicos en una época en la que el terror esta en horas bajas.
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